Estoy segura de que este artículo te llegará al corazón, porque te ayudará a recorrer el fascinante camino que tienes ante ti, cuya meta es alcanzar la maestría de tu Presencia Yo Soy, y con ella, la maestría en todas las cosas. Todo empieza con dos saberes fundamentales: Adónde quieres ir y qué quieres hacer.
La vida es una sucesión de acontecimientos creados por tu mente
Esto significa que todas las «pruebas» que debes afrontar en este momento, por más horribles que te parezcan, han sido creadas por tu propia mente. Estás soportando tus propias creaciones, pero sientes que estás a prueba cada vez que se manifiestan sucesos adversos.
No te preocupes. Todos hemos pasado alguna vez por esta etapa. Yo también sé a la perfección lo que es sentir que vivir equivale a superar un duro examen. Ahora, fíjate bien en el título de este artículo: La vida te pone a prueba minuto a minuto. Cada vez que creas algo con tu mente, la vida se presenta delante de ti y te cuestiona.
Y en ese momento debes considerar si lo que has creado te gusta o no. Es justo ahí donde viene la verdadera prueba: Debes tomar una decisión. En ese instante estás definitivamente a prueba, porque lo que te ocurrirá depende del tipo de pensamiento que has tenido. Has creado algo a partir de él.
Seguramente, si eres uno de mis estudiantes, cada vez estás más consciente de la importancia de cuidar tus pensamientos y de evitar observar lo malo en el otro. Sabes que eso que has observado se va a manifestar. Siendo consecuente con eso, ahora ya no criticas ni juzgas. Solo ves lo positivo y hasta has apagado la televisión.
Recuerda que tu mente inconsciente crea la mayoría de los sucesos de tu vida, y que no se detendrá hasta que la controles. Esa es la verdadera prueba.
¿Esto es lo que deseas para tu vida?
En esos momentos de prueba, debes adoptar como lema una frase que yo siempre digo: Es lo que hay. Ya está creado y por ahora no queda otra. Pero después debes preguntarte: ¿Esto es lo que deseo para mi vida? Hay cosas que evidentemente no deseas. Esas son fáciles de rechazar, pero igual debes decidir.
Es sencillo decidir cuando te falta el dinero o la salud. No obstante, existen situaciones mucho más sutiles en las cuales has sostenido carencia. No has usado en ellas el poder que tienes para crear algo muchísimo más grande, y por eso no has podido salir de dichas vivencias.
Estas situaciones sutiles pueden prolongarse por años y años. Estás confortable, o más bien confortablemente incómodo, dentro de relaciones, trabajos, barrios, ciudades y hasta países que no te satisfacen. Esa frecuencia vibracional de incomodidad e insatisfacción hace que sigas creando situaciones que no deseas.
La verdadera prueba
En cambio, cuando entras en tu Presencia Yo Soy y en la certeza de qué es lo que quieres, sosteniéndote en una única visión, sales por completo de esa percepción de la vida como una prueba. Descubres que la vida no te pone a prueba; el que se está poniendo a prueba eres tú.
Todas esas situaciones sutiles confortablemente incómodas sostenidas por ti te impiden tomar decisiones y hacerte las preguntas importantes. Soportas por años relaciones tóxicas, maltrato laboral y mil cosas más, y esas situaciones son las que interpretas como pruebas.
Te reitero que lo esencial es preguntarte si lo que experimentas es lo que deseas para tu vida. Después de hacerlo verás cuántas de las cosas que experimentas no son las que quieres. Y esa es la prueba. No es la enfermedad, la falta de dinero o la soledad. La prueba ocurrió muchísimo antes, cuando decidiste lo que vendría a ti.
Si tienes lo que deseas, sostén una frecuencia vibracional alta
Si lo que tienes hoy en tu vida es lo que deseas, sigue adelante. Sí se te presentan situaciones deseables, estamos bien. Entonces solo debes mantenerte en altas vibraciones para sostener todo eso que deseas. En el momento en que dejas de sostenerte en frecuencias altas aparece eso que has llamado «prueba».
Siempre sabemos con certeza lo que queremos para nuestra vida. Si ya lo tienes, sostente en altas vibraciones, porque la vida es una serie de acontecimientos creados por tu mente. Si tienes una bella relación, cuídala. Obsérvala con buenos ojos. No juzgues ni critiques. No veas los defectos de la persona a tu lado.
Si te enfocas en los defectos, estás enfocándote en la oscuridad. No estás sosteniéndote en tu única visión. Sostenerte es observar favorablemente y cuidar lo observado, ya sea tu trabajo, tu relación o tu cuerpo físico. Muchas personas se enferman porque se odian y se rechazan a sí mismos.
¿Amas a tu cuerpo?
Aparentemente todo mundo desea estar sano, pero ¿amas a tu cuerpo físico? ¿Lo observas con amor? ¿Lo cuidas? ¿Hablas con él? La mayoría, cuando le habla, es para insultarlo y denigrarlo, y después se quejan porque ese pobre cuerpo se enferma. Debes tener en cuenta esto para sostener la visión de eso que deseas.
Si hay algo que no te gusta de tu cuerpo, puedes elevarlo y hacerlo de tu agrado. Tienes el poder creador. Te repito que la vida es una sucesión de acontecimientos creados por tu mente y que puedes cambiarlo todo, no solamente la casa, el coche y el trabajo. Puedes cambiar tu cuerpo y moldearlo a tu gusto.
Entonces, en vez de odiarlo, reconcíliate con él, ámalo y créalo de nuevo. Sostente en altas vibraciones de amor hacia él y hacia todos tus átomos. No olvides que todo está constituido por átomos: Personas, situaciones y cosas, incluso lo que piensas que no tiene vida. Todo es átomo.
Tu cuerpo está vivo y latente; lo puedes modificar con tu observación. Es el vehículo con el que te desplazas por esta vida. Agradécele su trabajo.
Si no tienes lo que deseas, eleva tu frecuencia
Si no te gusta lo que tienes, es que fue creado desde el polo oscuro; desde frecuencias bajas. Muchas veces, cuando atiendo pacientes en mis terapias, ellos me hablan, bien o mal, de los maridos o las esposas, pero cuando les pregunto si están enamorados, la mayoría no me sabe contestar. Ni siquiera tienen esa certeza.
Entonces, pregúntate seriamente si eso que tienes en tu vida es lo que deseas. Si te quejas, criticas y nunca estás conforme, entonces ya lo sabes. Es ahí donde debes elevar tu frecuencia vibracional. No puedes estar en una relación si no estás enamorada o enamorado.
Tienes que estar enamorada o enamorado de tu pareja, tus hijos, tu casa, tu trabajo y tu familia. Estar enamorados significa estar entrelazados en el amor. Tú, en esa frecuencia altísima del amor, emites amor, y el otro tiene que estar entrelazado contigo en esa radiación.
Sé amor
Si no estás enamorada o enamorado no estás siendo amor. No lo sientes y no lo emites. No eres ese ser de amor, y por lo tanto tus frecuencias vibracionales son muy bajas. Sin embargo, al preguntarte ahora mismo si estás enamorada o enamorado seguramente me dirás que sí. Y me vas a engañar.
Cuando estás enamorada o enamorado es porque eres amor. Amor por la vida, las cosas, las personas, las situaciones, y por todo lo que está a tu alrededor. Esa es la frecuencia en la cual tienes que vibrar para que todos los acontecimientos de tu vida, mismos que son creados por tu mente, sean una sucesión de cosas hermosas.
Entonces, ¿qué es lo que debes hacer si lo que vives no es lo que deseas? Elevar tu frecuencia y empezar a cambiar la perspectiva de lo que estás viviendo. Desde una frecuencia alta puedes saber con toda certeza qué es lo que quieres. Con frecuencias bajas, no se puede saber, porque estás eligiendo desde el miedo.
La solución está ante ti
Con frecuencias bajas eliges desde el no tengo y desde la soledad, la falta de amor y el miedo a no poder resolver los problemas. Tus decisiones siempre estarán basadas en cómo tapar huecos. Por esto, antes de cambiar de perspectiva y empezar a crear algo favorable, debes elevar tu frecuencia vibracional.
Debes cambiar esa frecuencia, porque es la única forma de salir del lugar donde estás y tener un cambio de perspectiva. Con ello empezarás a tener nuevas ideas y a crear desde la abundancia y el amor. No es posible crear algo favorable desde el desamor y la desesperanza.
Siempre di: Esto es lo que hay, pero recuerda que también hay siempre una solución para salir de todos tus problemas. Jamás vivirás una situación en la cual no haya solución posible. ¿Sabes por qué no puede suceder eso? Porque para cada situación de tu vida hay infinitas posibilidades de solución.
Es imposible que eso que te desagrada no se pueda cambiar, pero no lo hará a menos que cambies de perspectiva y eleves la frecuencia con la que creaste esa situación.
La vida te pone a prueba cuando decides algo
La prueba consiste en decidir si eso que te ocurre es lo que quieres o no. Si debes permanecer donde estás o moverte. Muchas personas se quedan estáticas ante la prueba, y entonces entran en desesperación. Buscan soluciones externas, incluso entrando en el ámbito de la oscuridad más pura, como las consultas psíquicas.
Entras en la oscuridad y encima no te sirve de nada, porque, ¿qué puede decirte una vidente, si quien construye tu vida eres tú? Creas tu realidad a cada minuto del ahora, y por ello la solución está siempre dentro de ti. En ese momento en el que se te pone a prueba, eleva tu frecuencia y decide.
Pregunta siempre: ¿Esto que estoy viviendo es algo que deseo para mi vida? Sea cual sea tu respuesta, mantén tu frecuencia alta. Si has dicho que sí, lo haces para sostenerte en tu propia visión; si has dicho que no, lo haces para cambiar tu perspectiva. Es tan fácil como eso, pero debes hacerlo.
Y a veces es en ese momento cuando más aflora en ti la desesperación. Eso te perjudica, porque justamente aquí es cuando más se necesitan la tranquilidad y la certeza. Las necesitas para contestar bien las preguntas con las que la vida te pone a prueba. Aquí es donde más debes tener la certeza de tu rumbo.
Evita crear resistencia
Otro punto crucial a considerar es que nunca debes crear resistencia hacia los acontecimientos. Seguramente has experimentado alguna situación en la que ya no has podido más y te has rendido. Una situación en la que has dicho: «Hasta aquí llegué. Que sea lo que Dios quiera».
Has dicho eso después de haber luchado mucho tiempo sin obtener los resultados deseados, siendo presa de ansiedad, angustia, dolor y tristeza. Te has rendido… y justo al rendirte llega la solución al problema. Todo se soluciona cuando te desapegas completamente de eso que estabas buscando.
Esa solución no llegaba porque no estabas confiando en el campo de las infinitas posibilidades. Hasta que dejaste de desconfiar y manipular te pudiste rendir, abriéndole la puerta a la solución mágica del conflicto. Estoy segura de que alguna vez has vivido eso. La fórmula es la rendición, aunada a la elevación de tu frecuencia.
La certeza de saber lo que quieres te hace alcanzar la meta
Muchas personas flaquean al llegar a este punto. No tienen certeza de lo que quieren para sus vidas. Van de aquí para allá como trompos, a merced de las mareas de la consciencia colectiva, de lo que te están vendiendo, de lo que te dicen que debe ser, de lo que te dicen que debes creer y lo que te dicen que te está permitido pedir.
La certeza es lo que te mantiene firme en tu única visión, a pesar de los aparentes desencuentros que puedas experimentar. Si posees certeza, evitas tener que decidir, y así la vida no te pondrá más a prueba. Ya sabes hacia donde vas. De lo contrario, seguirás a la consciencia colectiva, la moda, o lo que te ordenan hacer.
Sin certeza, la vida te pondrá a prueba, porque te van a presentar cientos de caminos a lo largo de su interminable flujo. Irás de un lado a otro, siempre incómodo, siempre incompleto y sin resolver los problemas que se te presentan a cada instante. Las preguntas que surgen y a las que debes responder parecerán no tener fin.
En cambio, cuando tienes certeza y los ojos puestos en tu única visión, no es necesario hacerte preguntas. Sigues adelante en el camino para dejar de ser humano, o más bien, para ser más humano, anclado a esta Tierra y a esta gran Totalidad. Saber adónde quieres ir es una gran meta. De hecho, tal vez sea la única.
La certeza es la clave
Conocer esa gran meta te es muy benéfico, porque justo a eso has venido a este plano físico. Entonces, ¿quieres evitar que la vida te ponga a prueba minuto a minuto? Ten la certeza del lugar adonde quieres llegar, y que no te importe todo lo que veas y vivas a lo largo del camino.
Ahora te daré un ejemplo muy sencillo pero muy ilustrativo. Imagina que vas a comprar ropa, pero no sabes con certeza qué es lo que quieres. Entonces llegas a un gran almacén y los vendedores te ofrecen prenda tras prenda. Te convencen de comprarlas y regresas a tu casa cargada de paquetes, y nada de eso es lo que querías.
En cambio, cuando sales a comprar con la certeza de lo que quieres, encuentras lo que deseas en cuanto lo ves, sin importar la insistencia de los vendedores en mostrarte docenas de artículos. Llegas a casa con un solo paquete, enamorada o enamorado de lo que te has comprado.
Esa es la diferencia entre la certeza y la incertidumbre. La incertidumbre te hace malgastar grandes cantidades de energía, tiempo y dinero. La vida no es muy diferente a este sencillo ejemplo. La certeza de saber qué es lo que quieres hace que alcances la meta.
Controla tus pensamientos y emociones, y la vida no te pondrá a prueba
La mejor manera de evitar que a través de los miedos la mente inconsciente te haga tomar decisiones desfavorables es el auto control y la auto corrección. Siguiendo el ejemplo anterior, si vas a comprar ropa sin certeza, el miedo hará que te dejes convencer por los vendedores y te lleves lo que ellos te impusieron.
Y así has gastado dinero y energía en algo que en realidad no deseabas. La vida te pone delante muchas situaciones de este tipo. ¿Y sabes que se encuentra detrás de todas las decisiones mal tomadas? El miedo. Ese miedo que provoca que tu mente inconsciente te diga: «¿Y si no lo consigues, qué vas a hacer?».
Ese miedo te hace entrar en desesperación. Ahora, supongamos que vas a ir a una fiesta. Sabes con certeza que tipo de vestido quieres comprar. Lo buscas, pero no lo encuentras. Estabas con certeza, pero el miedo te hace entrar en la incertidumbre. En ese momento, aparecen los vendedores y acabas llevándote algo que no deseabas.
¡Basta de pruebas!
El miedo dispara la incertidumbre. Llegas a la fiesta, pero estás a disgusto, porque no te ves como querías. Y muy poco tiempo después, porque así es la dinámica del átomo, verás en otra tienda el vestido que tanto deseabas. Ahora lo puedes ver porque te has desapegado de ese deseo.
Como te rendiste y desapegaste, el vestido llega a ti, pero ha llegado tarde. Y así, para que la vida no te ponga a prueba, debes aprender a controlar tus pensamientos y emociones. Ese control te mantiene en tu única visión. Mediante él llegas donde querías y obtienes lo que deseabas.
Al poner en movimiento la Ley de Atracción, es imposible que eso que deseas no suceda. De esta forma, para que la vida no te ponga a prueba, debes controlarla. ¿Cómo? Mediante el control de tus pensamientos y emociones. Eso hace que te sostengas en altas vibraciones y mantengas tu única visión.
Y así nadie podrá convencerte de comprar una prenda que no deseas. Cuando tienes la certeza de lo que quieres y te sostienes en tua visión, la vida ya no te pone a prueba.
La vida no te pone a prueba; el que se pone a prueba eres tú
Te pones a prueba cada vez que entras en inseguridades, incertidumbres e indecisiones, y esto ocurre al estar contaminado por frecuencias bajas. Cuando permaneces en frecuencias de carencia, cualquier cosa te hace dudar. Sin embargo, si mantienes tu visión, las pruebas cesan.
Recuerda que la vida es un constante fluir. Mientras fluye, aparecen cosas, personas y situaciones. Si entras en el fluir de la vida, nunca tendrás que preguntarte ¿esto es lo que de verdad quiero? Debes entrar en la corriente de la vida armado de una total certeza en tus metas.
Y así la vida deja de ser una prueba. Mientras mantengas altas frecuencias, el miedo no puede hacer nada contigo. El miedo es el que te hace entrar en la incertidumbre y la indecisión, y por ello debes controlar tu frecuencia, tus emociones y tus pensamientos. De esta manera no te desviaras del camino certero hacia lo que de verdad deseas.
Vive y sueña con certeza
Vive cada momento del ahora y sueña en grande. Entra en todos los momentos de tu vida con confianza, y así saldrás de las pruebas. Tu certeza te conducirá con la pericia del mejor navegante a lo largo del río de la vida. Acepta ese fluir, déjate llevar a lo largo de su corriente, y llegarás hasta el mar de la alegría y el amor.
Y una vez allí, tendrás todo lo que has soñado.
Si te gustó este artículo y quieres profundizar más en este tema, te recomiendo que leas el artículo anterior: A veces es mejor que no suceda lo que deseas.
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