La ascensión planetaria ya es un hecho. Toda energía de tercera dimensión se tiene que ir, porque lo igual atrae igual, y esa energía ya no encaja aquí. A este respecto, te voy a contar una historia muy ilustrativa. Supongamos que vas a un bar, y allí hay un ebrio que molesta a las demás personas.
Está manifestando la tercera densidad. Entonces, el dueño del bar le dice: «Oye, aquí no encajas más porque somos luz y tú oscuridad. Te tienes que ir«. Entonces, ¿crees que ese bebedor fastidioso se va a ir diciendo: «¡Ay, perdón! Lo siento mucho«? ¿O más bien se va a ir gritando, golpeando mesas, rompiendo vasos y peleándose con unos y otros, hasta que llegan los encargados de la seguridad y lo echan?
Esa es la realidad. La tercera densidad se va a ir como un ebrio al que le sale toda la ira y el odio porque le lastiman el orgullo al momento en que lo echan. Eso mismo está pasando ahora; la Tierra ya es un ser ascendido y está echando a lo que ya no encaja en este plano.
Pero la tercera densidad no se quiere ir; está gritando y soltando golpes. Sin embargo, tanto la policía como los otros clientes del bar van a ayudar al dueño para reestablecer el orden. Ahora, como tú eres un ser todopoderoso, no te importan las patadas que tira el ebrio. Si te revelas tal cual eres y manifiestas tu Presencia Yo Soy, vendrá todo el personal de seguridad a ayudarte.
Vendrán a cooperar contigo arcángeles, ángeles y todas las huestes de luz. Acudirá ayuda de todo tipo, porque eres parte de este proceso de ascensión. Entonces, te invito a tener una mirada hacia ti mismo y a revelar todo lo que en realidad eres.
Permite que la luz descienda sobre la Tierra
Te invito a que hagas una mirada a tu interior y no hacia tu exterior.
Cuida el espíritu de tus palabras
Las palabras que utilizas tienen un espíritu de potencia y resonancia extraordinarias, porque son la expresión de tu Presencia Yo Soy. De esta forma, tienes dos opciones: O te alineas a la tercera densidad que se está yendo, como el ebrio de la historia, o te alineas a la luz, que es el dueño del bar, apoyado por la policía y los demás clientes.
Debes elegir el lado de la luz o de la oscuridad. Realizas esa elección a través de aquello que observas y hablas. Eliges con cada una de tus palabras, porque son expresión de tu Presencia Yo Soy. A través del espíritu de tus palabras decides de qué lado estás. No observes, comentes o agrandes los temas de tercera densidad. Si dices «Este planeta es un desastre«, sostienes esa visión y ayudas a la oscuridad.
La oscuridad también necesita de ti para sostenerse. Entonces, cada vez que hablas del caos, la oscuridad crece. La tercera dimensión y su densidad crecen. En cambio, cada vez que ves perfección y no caos, ayudas a la luz a sostenerse. Por eso necesitas que el espíritu de tus palabras sea acorde a la luz y al amor.
Y ojo, porque la oscuridad tiene muchas herramientas para que te unas a ella. La prensa, por ejemplo, que te inunda con el único propósito que le interesa: Fomentar la oscuridad. Cada vez que la observas, entras en una frecuencia vibracional de ansiedad y miedo. Observa la perfección. Las manifestaciones actuales de la oscuridad nos muestran que estamos expulsando a los ebrios de los bares.
Valora la potente resonancia de lo que expresas
Cuando te alineas con noticias negativas, empiezas a resonar con su frecuencia, y así, tu propia frecuencia baja por completo. Te sientes ansioso, triste y desmotivado. Ahora vuelvo a la historia del bar. Si no echan al ebrio, la gente que está divirtiéndose allí pierde las ganas de quedarse y empieza a irse a otra parte. Puede que te pase lo mismo ahora. Ya no te gusta estar aquí y has perdido las ganas de vivir.
Y entonces entras en depresión, y tu vibración contamina a los otros. En ese momento la densidad de la tercera dimensión gana más terreno. Por eso es necesario que apliques todas las herramientas cuánticas de que dispones, a fin de no entrar en la resonancia de las noticias negativas.
Apaga la televisión. No te unas a esa información. Que sólo te importe tu propio mundo. Es por eso que te invito a hacer una mirada hacia ti mismo y revelar tu verdad. Eres un ser todopoderoso, inmune por completo a todo lo que pasa fuera de ti.
Activa la frecuencia del dar
Entiendo perfectamente que al estar inmerso en una sociedad, vas a recibir noticias de todo tipo. Puedes permanecer en tu Presencia Yo Soy, pero no puedes evitar la sopa de pensamientos que vibra a tu alrededor. Sin embargo, si entras en la frecuencia del dar, puedes elevarte por encima de tus limitaciones y de todas las bajas vibraciones.
Tienes tanto poder que puedes llegar a alturas increíbles. No sólo actúas en tu familia y en tu barrio, sino en todo el planeta Tierra. Así que observa la perfección y utiliza el poderoso instrumento de la palabra con extrema sabiduría; usa las palabras correctas y no entres en la consciencia colectiva.
Todo está perfecto. Y aunque no lo quieras decir en voz alta porque en ese momento te convertirías en el «raro», empieza a pensarlo. Mientras otros sueltan palabras negativas, tú dices: «Está todo perfecto. La densidad se está yendo«. Así cambias tu resonancia. También te invito a usar las llamas de las que he hablado en clases anteriores.
Lo que puedes hacer ante cada situación negativa que veas es envolverla en la Llama Azul para elevarla. Utiliza también la Llama Violeta para transmutar todo lo que ves.
Observa tu propia frecuencia del dar. Utiliza el poder de tu palabra para construir. Di: «Envío la Llama Azul a tal lugar». El efecto es instantáneo desde que la invocas. El Arcángel Miguel se presenta y envuelve todo con su Llama Azul, y luego, la Llama Violeta transmuta todo. Así te sintonizas con resonancias altísimas de luz pura.
Empieza a tener una consciencia expansiva
Cuando miras hacia tu interior descubres que tienes un gran poder. Descubres que puedes hacerte mucho bien y servir a la humanidad. Tu consciencia empieza a expandirse. Sintonizas con eso que de verdad eres.
Entonces tú, irremediablemente, inevitablemente, nunca estarás de nuevo del lado del ejército de la oscuridad. Entras en una consciencia expansiva, una potente resonancia, utilizando tus propias herramientas para cambiar y transmutarlo todo.
Irradia la Luz Líquida
Esto lo haces con una meditación que la activa desde tus células y en todo tu cuerpo. Necesitamos de ti, que seas un instrumento para irradiar esta Luz Líquida. Eres un trabajador de la luz y este es el trabajo que tienes que hacer. Esto es a lo cual has sido llamado y has venido.
Tienes que irradiar la Luz Líquida con tu propia vibración y anclarla en todos aquellos seres que no conocen su existencia. Puedes anclarla en todos y en todas las disfunciones que veas. Todo está perfecto: Tenemos el espíritu de la palabra, la Llama Azul, la Llama Violeta y la Luz Liquida. Tienes a tu disposición las más perfectas frecuencias de abundancia.
Alinéate con la frecuencia de abundancia
Si te alineas a la luz, verás abundancia. En cambio, si ves caos y crisis, entrarás en frecuencias de carencia. Si entras en frecuencias de abundancia, ves un planeta ascendido y a la tercera densidad yéndose, como ese ebrio molesto del bar. Si ves perfección, el dueño del bar echa al borracho. Sigues disfrutando y te vas feliz.
Esa es la realidad en la que vivimos. Debes mantenerte en frecuencias altas utilizando las herramientas que te he dado. Incluso puedes hacer cosas simples, como pasear, bailar, cantar... Cosas que tienes en tu casa, que no tienes que comprar. Conecta con la naturaleza.
Sal de viejas dinámicas, porque dentro de esta sopa de pensamientos en la que estás, a veces te verás inmerso en situaciones caóticas. En esos momentos, usa tus herramientas para salir por completo de ellas. Empieza por irte del lugar donde estás. Vete a lugares de luz, haz meditaciones, pasea. Sal, huye.
Experimentamos un cambio de dimensión
En este momento, muchos seres están mudándose de dimensión. La tercera densidad se está yendo, pero tú puedes quedarte. Hay muchos seres ahora que ya caminan en la cuarta dimensión. Entonces, es probable que sientas la necesidad de cambiar cosas en tu vida. Hazle caso a tu intuición. Quizás te pida cambiar de ciudad o de barrio.
Quien te habla es tu Presencia Yo Soy. Y te está diciendo: «¡Muévete!». Si estás coexistiendo con seres tóxicos, eso es tercera densidad absoluta. Por lo tanto, toma decisiones rápidamente. No tengas miedo, porque te aseguro que ya eres un ser de otra dimensión.
Cuando entras en el tiempo simultáneo, sales por completo de tus limitaciones. El tiempo en la tercera dimensión era una gran limitación impuesta por nosotros mismos.
Ahora las cosas van a ser más rápidas si utilizas este poder que eres, esta Presencia Yo Soy, y te unes a la abundancia. Ahora está bien decretar lo que deseas, sabiendo que las cosas buenas suceden rápidamente.
Estás en un momento en el cual vas a salir rápidamente de tus limitaciones, pero como eres un ser de libre albedrío, necesitas pedirlo. Si no lo pides, no lo tienes. Por lo tanto, debes pedir los cambios que quieres en tu vida.
No te conviertas en instrumento de la oscuridad
No olvides que si hay una persona observando la oscuridad, ésta gana poder. Si hay dos, ganará más poder. Si hay tres, mucho más, y si hay cien ¡cuidado! Regreso al ejemplo del bar. Si hay un solo alborotador, no pasa nada. El dueño del bar lo puede echar. Si son dos, habrá que llamar al personal de seguridad. Si son tres, va a tener que venir la policía, y si son más de cuatro, será necesaria la Guardia Nacional.
Por eso es tan importante que en este momento de grandes cambios reconozcas tu poder y tu Presencia Yo Soy. También debes reconocer que el espíritu de tus palabras crea. Nunca observes el drama que hay en el mundo, y así evitarás que abusen de ti usándote para sostener la tercera densidad.
Y no se trata de maldad o bondad. Hay mucha gente buena que está sosteniendo el caos y la tercera densidad. ¿Cuántos abuelitos que han sido buenos toda su vida, que son un pan de Dios, están sosteniendo esa densidad, viendo las noticias todo el día y diciendo: «Ay, está todo muy mal. Estoy triste. ¿Qué país le dejo a mis nietos?«
Así es que no te salva ser bueno. Regresemos a la historia del bar. Ante el caos provocado por el ebrio que molesta a los demás, el dueño del bar quiere echarlo y la gente empieza a ponerse inquieta. En eso llega un sacerdote que pasaba por ahí, y que es el ciudadano más bueno del barrio.
Entonces, queriendo ayudar al ebrio, se pone a discutir con el dueño del bar y le dice: «¿Por qué tratas mal a este pobre hombre? ¿No sabes que tiene muchos problemas?«. Y así se une a la carencia. Cumple con su función de cura, pero no sabe que está sosteniendo la debilidad en el otro, perjudicando a su vez al que quiere hacer justicia.
La acción correcta es ver la Presencia Yo Soy en el ebrio y no la carencia. Si invocas el poder que está dentro del revoltoso para que pueda salir por su cuenta de todas sus limitaciones, entonces lo ayudas de verdad. Lo empoderas en vez de aplastarlo con la lástima, que es una frecuencia vibracional extremadamente baja.
Cuida lo que observas, y considera si estás del lado de la carencia o de la abundancia. Busca la palabra justa y solo ve perfección.
No temas tirarte al vacío
Haz todos los cambios que necesites. Juégatela sabiendo que eres Presencia Yo Soy y que ahora todo es rápido, casi instantáneo. Si no estás del lado de la dimensión que se está yendo, entonces ya estás en otra más elevada. Es así de simple.
Es imprescindible tirarte al vacío. A mí me encanta, porque así le das todo el espacio a la energía para que se precipite. Si estás contraído estás en un espíritu de carencia. Si haces como esos abuelitos que son buenísimos pero que solo hablan de problemas, no das espacio para que pueda venir a ti la magnificencia.
Cuando estás contraído no das espacio a la abundancia. En cambio, cuando este abuelito dice: «¡Basta! Le hago caso a mi intuición y apago el televisor. Voy a salir al parque y a sacar a pasear al perro. Luego voy a visitar a mis nietos, que me dan fuerza y alegría«, abre un espacio. Se tira al vacío.
Este es un ejemplo sencillo, pero hay infinitas posibilidades de abrir un espacio para que la energía se precipite y cambie tu vida. Cuando te tiras por primera vez al vacío tienes miedo, pero sales avante. La segunda vez, tienes menos, y vuelves a triunfar. La tercera ya no lo tienes. Dices: «Bueno, cuando me tiro al vacío siempre gano«. Entonces has traspasado el miedo. Ya eres libre.
Aumenta tu conexión con la Fuente
Ahora le voy a compartir algo que nos ha sido regalado a través de una canalización: La Llama Triple, que une nuestra Alma Crística a nuestro espíritu. Con ella anclamos esta Alma Crística en nuestro ser.
¿Qué tenemos que hacer? Unir la Llama Azul del Arcángel Miguel, que es poder, fe y voluntad, con la Llama Dorada del Arcángel Jofiel, que es sabiduría, y la Llama Rosa del Arcángel Chamuel, que es amor. Unimos las tres y hacemos la Llama Triple. Así anclamos la Presencia Yo Soy en nuestro ser. Este es el decreto:
Yo Soy la Llama Triple, manifestando a través de nuestra Alma Crística nuestro poder infinito.
Esta llama conecta tu Alma Crística con tu Presencia Yo Soy, que es poder infinito, liberándote de cualquier manifestación de ilusión, penetrando en la realidad y en la libertad de tu ser. Recuerda siempre que la mirada hacia ti mismo te revela la verdad de lo que eres.
Si te gustó este artículo y quieres profundizar más en este tema, te recomiendo que leas el artículo anterior: Permite que la paz se instale en tu vida