El poder de ser tú mismo a pesar de todo

El tema que abordaremos hoy despejará varias dudas acerca de las decisiones que debes tomar. A este respecto, muchas veces entramos en conflicto a causa de las elecciones que hacemos a lo largo de nuestra vida, oscilando entre nuestro propio bienestar y las obligaciones que se te imponen.

De hecho, la mayoría de las decisiones que tomas no están basadas en tu libre albedrío, porque han sido condicionadas por infinidad de circunstancias. Por lo tanto, ni ejerces tu libre albedrío, ni respetas el de los demás. Eres como un trompo en medio del Paraíso: Como estás tan mareado lo ves como si fuese el Infierno.

Ese mareo se puede detener si consigues plantarte firmemente en este plano físico con todo tu ser y tu verdad para decir: «Bueno, he decidido hacer esto sin depender de los demás». Ser tú mismo a pesar de todo y de todos es una de las cosas más difíciles de aprender, pero si lo logras, alcanzarás la libertad total.

La naturaleza esencial de todos los seres es la libertad

Todos los seres del Universo son libres por naturaleza, y no me refiero únicamente a los humanos, sino a los integrantes de todos los reinos. Todos tenemos absoluta libertad de decisión. Por eso, cada vez que tomas decisiones no deberías estar atado a condicionantes impuestos por otro.

Eres un ser espiritual y eres libre por excelencia, independientemente de que estés manifestando limitaciones en este plano físico y te sientas la criatura más pequeña del Universo. Nada ni nadie, bajo ningún tipo de condicionamiento, puede coartar tu libertad, ni siquiera invocando lazos familiares o convenciones sociales.

Vivimos atados a normas colectivas

Generalmente, los seres humanos vivimos acatando toda una serie de normas. Muchas de ellas las hemos aprendido, pero otras están dentro de la consciencia colectiva de la humanidad. El error de la mayoría de las personas consiste en que nuestros juicios de valor están basados solamente en las leyes humanas.

Y la medida de las leyes humanas es completamente diferente a la de las leyes universales. Estas últimas respetan absolutamente la libertad de todo ser, mientras que la normativa humana está diseñada para atar a las personas mediante una gran variedad de condicionamientos.

Esto hace que las leyes humanas sean divergentes y relativas. Por ejemplo, la legislación respecto a las leyes de convivencia difiere mucho de país a país. En el mundo occidental estamos regidos básicamente por leyes impuestas por la religión, que determinó lo que estaba permitido y prohibido a través de la noción del pecado.

El equilibrio entre dar y recibir

 

Las leyes humanas no son universales

Las normas religiosas, mismas que algunos tildan de «espirituales», son leyes puramente humanas. No se basan en los principios universales y también difieren grandemente unas de otras. Su cumplimiento depende de que seas católico, judío, musulmán, mormón, evangélico o adepto de cualquier otra religión.

Esas leyes humanas evolucionan y cambian de acuerdo al avance de las sociedades.

Todas ellas están basadas en la mente y no en el espíritu. Se han insertado en la consciencia colectiva y tienen mayor o menor injerencia de acuerdo al lugar donde vivas. Lo que no cambia es que la gran mayoría las sigue como una manada de ovejas.

Y con ello incumplen un precepto que de verdad debería importar a todos: El respeto absoluto a la libertad. Las leyes humanas la anulan por completo. Irónicamente, la mayoría de las personas creen que son libres, pero en realidad están atadas a la consciencia colectiva y a condicionantes impuestos arbitrariamente.

Muchas personas se ufanan al decir: «Yo decido y hago solo lo que quiero». En realidad solo están quebrantando una o dos pequeñas leyes humanas.

Solo las leyes universales te conducen a la libertad

Respeta las leyes universales, porque esas son las que te darán la libertad. A continuación vamos a estudiar un poquito dichas leyes universales para ver qué nos dicen con respecto a la libertad y el poder de ser uno mismo a pesar de todo y de todos.

En primer lugar, debes saber que las leyes universales no han sido impuestas por mente alguna. Son leyes físicas que describen la dinámica del Universo, y se cumplen totalmente y sin excepción. No fueron escritas por alguien, sino que han sido formuladas a partir de la observación estricta de dicha dinámica universal.

Las leyes universales no establecen la obligación de su cumplimiento. Solo describen el movimiento natural y perfecto de todo el Universo. Por lo tanto, si las observas, aprenderás cómo funciona y podrás usarlas a tu favor. Siete de ellas están descritas en el Kybalion, libro que muy pocos entienden bien.

Hablaremos aquí de las leyes universales del Libre Albedrío, del Equilibrio, de las Consecuencias, de la Polaridad, del Género, y del Siguiente. Comprobarás que si las cumples, serás un ser humano libre, que no depende de nada ni de nadie para manifestar su condición divina.

Las leyes universales son descripciones del movimiento de la energía que activas de acuerdo a las decisiones que tomas haciendo uso de tu libre albedrío.

La Ley del Libre Albedrío

Esta ley nos dice que siempre podemos decidir libremente, y que en base a nuestras decisiones creamos lo que nos sucede. La verdadera manifestación del libre albedrío implica que no debe existir condicionante alguno en la toma de decisiones, y que no debes condicionar al otro cuando toma las suyas.

Asimismo, nunca debes tomar una decisión que afecte el libre albedrío de otra persona. Esto se aplica tanto a nivel individual como colectivo, e incluso a nivel mundial. Recuerda que todas las decisiones que tomas afectan a la gran totalidad. La mayor parte de las personas usa incorrectamente su libre albedrío.

Esto ocurre porque toman decisiones basándose en determinaciones puramente humanas, y no en la verdadera realidad de su Ser. No hacen uso a su favor de lo establecido por esta ley: Que cada ser es libre de decidir, pensar y crear lo que vive. Todos cumplen la ley en cada decisión tomada, pero no ejercen la verdadera libertad.

No manifiestan el poderío del Ser en libertad, porque están cumpliendo esta ley condicionados por las normas humanas, y además están condicionando las decisiones de otros. Finalmente, considera que todas las decisiones que tomamos tienen una consecuencia.

Libérate

 

La Ley del Equilibrio

Esta ley se relaciona estrechamente con la anterior. Decides haciendo uso de tu libre albedrío y tu decisión acarrea consecuencias. Estas consecuencias siempre buscan el equilibrio, y ese equilibrio vendrá hacia ti en forma de efecto. Esta ley es una de las más grandiosas que existen, porque no permite margen de error.

Gracias a esta ley no existe margen de error en nuestras creaciones. Al crear, desencadenas un proceso infalible, porque esa observación y esa elección que has realizado trae consecuencias, y estas siempre buscan el equilibrio. De la mano de nuestra creación, las consecuencias empiezan a venir hacia nosotros.

La Ley de las Consecuencias

Haciendo uso de nuestro libre albedrío ponemos a funcionar la Ley del Equilibrio y la Ley de las Consecuencias. Todo el tiempo decides y creas, activando estas dos leyes en cada acto de tu vida. Eres un ser que selecciona con libre albedrío, echa a andar el equilibrio y obtiene consecuencias derivadas de sus actos.

Y una vez que hemos puesto a funcionar estas leyes, las consecuencias son irreversibles. No se puede volver atrás. Las consecuencias vienen a ti y van a buscar el punto de equilibrio. Ese punto se establece en el momento en que manifiestas el efecto de las cosas que has creado.

Hasta aquí todo va muy bien con respecto a la libertad de ser nosotros mismos. Tenemos libre albedrío, creamos a través de esta libre selección, hacemos la observación, ponemos a funcionar el equilibrio, se establece su punto exacto, y vienen a nosotros las consecuencias de forma irreversible.

La Ley de la Polaridad

Esta ley dice que tenemos la posibilidad de seleccionar entre dos polos, y opera de la siguiente manera: Elegimos algo y de inmediato empiezan a venir las consecuencias de dicha elección. El punto de equilibrio se establece cuando dichas consecuencias se encuentran con nosotros. Cuando llegamos a ese punto, debemos volver a elegir.

Y esta selección que hacemos en el punto de equilibrio entre lo que he pedido y lo que he manifestado puede ser hecha desde la luz o desde la oscuridad. Siempre se elige desde uno de los dos polos. Por eso no debes dejarte guiar por leyes humanas que nos roban la libertad, sino por las leyes universales.

Las leyes universales son irreversibles, pero las leyes humanas generalmente te hacen elegir desde la oscuridad. Cada decisión que tomas cumplirá forzosamente con la Ley de la Polaridad, y si has seleccionado algo de acuerdo a condicionantes puramente humanos, no lo harás desde la luz.

Si basas tus decisiones en el cumplimiento de lazos de parentesco, mandatos de consciencias colectivas, dogmas religiosos, o siguiendo lo políticamente correcto, las habrás tomado desde el punto de vista de la oscuridad. Estarán fundamentadas en alguno de los muchos miedos que a diario se detonan en ti.

No existe algo prohibido. Todo está permitido, porque eres un ser de libre albedrío, pero ojo, porque tus decisiones pueden estar basadas desde la luz o la oscuridad.

Entre la luz y la oscuridad

Al establecerse el punto de equilibrio de la energía llegan a ti las consecuencias de las decisiones que has tomado en el ejercicio de tu libertad absoluta. En muchas ocasiones, la consecuencia que se presenta frente a ti conlleva sufrimiento. ¿Por qué? Porque tus decisiones fueron tomadas desde la oscuridad.

Al tomar decisiones basadas en miedos atraes a ti consecuencias desfavorables. La verdadera maestría en el vivir no consiste simplemente en hacer lo que se te antoje y olvidarte de todo el mundo. Si haces eso, te toparás de frente con la Ley de la Polaridad.

Y esta ley te recordará que vives oscilando entre la luz y la oscuridad, y que solo tú decides, a cada minuto de este ahora y ejerciendo tu libertad esencial, hacia qué polo te inclinas. Las consecuencias van a venir bajo una forma u otra, y además te obligarán a tomar nuevas decisiones y a volver a elegir entre los dos polos.

El poder de decidir

Si logras entender toda esta dinámica, sabrás qué hay detrás de tus procesos creativos y cómo es que has atraído lo que ha llegado a tu vida. Si no te gustan las consecuencias que estas teniendo de acuerdo a tus procesos y decisiones, examina si no has elegido el polo de la oscuridad.

Has entrado en él si has permanecido en bajas frecuencias, tomando decisiones a través de los miedos. La buena noticia es que puedes iniciar todo un nuevo proceso de creación desde el polo opuesto. De esta manera puedes revertir las consecuencias y establecer un punto de equilibrio favorable.

Posees la libertad de decidir todo lo que quieres que llegue a tu vida. Ahora hazlo acatando las leyes universales. Observa la Ley del Libre Albedrío y no afectes el de los demás. Asimismo, ten en cuenta la Ley del Equilibrio y considera lo que vendrá a tu vida como resultado de tus decisiones.

Ten cuidado con lo que estás creando. Nunca olvides que las consecuencias que recibirás estarán conformadas a partir de la energía proveniente de un polo u otro.

El «pecado» de una vida desperdiciada

La Ley de Género

Esta ley nos permite tomar decisiones respetando tanto nuestra verdadera esencia como la verdadera naturaleza de todo lo que nos rodea. Si acatamos esta ley universal, tomaremos decisiones en base a lo que nosotros realmente somos, y eso es grandioso, porque evita que tomemos las mismas decisiones una y otra vez.

Esta ley establece que todo ser posee esencia femenina y masculina. Sin tomar en cuenta o rechazando de plano esta verdad, muchas de las leyes humanas están en contra de nuestra verdadera naturaleza. Es por esto que a menudo, y sin saberlo a ciencia cierta, muchas decisiones que tomamos en nuestro diario vivir nos molestan.

Lo peor es que esas mismas decisiones bajan nuestra frecuencia vibracional, porque nos desagradan inconscientemente al estar basadas en preceptos humanos arbitrarios y no en la verdadera naturaleza de nuestro ser. En tu interior, sabes que te roban libertad en vez de dártela, como sí lo hacen todas las leyes universales.

La Ley del Siguiente

Existe otra ley que es grandiosa y que me encanta. Yo creo que ésta y la Ley del Equilibrio son mis preferidas, y en ellas baso prácticamente todas mis decisiones, haciendo buen uso de mi libre albedrío. Siento que esta ley que te describiré ahora me pertenece profundamente; es como si fuera yo misma y es inherente a mi ser.

La he llamado la Ley del Siguiente. Establece que todas las consecuencias de nuestras decisiones se las dejamos en este plano físico a los que vienen detrás. Te reitero que todas tus decisiones siguen las cinco leyes universales anteriores. Las realizas al usar tu libre albedrío, buscan el equilibrio y traen consecuencias.

Y estas consecuencias irreversibles harán que te inclines hacia la luz o la oscuridad, dependiendo de que tomes nuevas decisiones de acuerdo a tu verdadera esencia. Ahí están todas las leyes que te he descrito. Ahora aparece la Ley del Siguiente, que constituye la verdadera base del respeto y el amor al prójimo.

Para cumplirla a tu favor, debes basar todas tus decisiones en ese respeto y amor al prójimo, y no en la obediencia a leyes humanas, obligaciones familiares, dogmas religiosos o consideraciones políticas. El amor y el respeto a los demás te harán considerar a fondo las consecuencias de todos tus actos.

¿Leyes humanas o leyes universales?

Ahora sabes que dichas consecuencias van a venir irreversiblemente, que se plantarán delante de ti, que serán manifestaciones de luz u oscuridad, y que serán dejadas por ti a quienes vengan detrás. Cada milésima de segundo decides algo, trayendo a tu vida las consecuencias de dichas decisiones.

Todos tus pensamientos están creando algo en este mismo instante y están cumpliendo todas las leyes universales, hasta alcanzar el punto de máximo equilibrio, en el que tú y las consecuencias de tus elecciones se encuentran. Esto es muy distinto a lo que establecen la mayoría de las leyes humanas.

Examina si estás utilizando leyes humanas enmascaradas como leyes universales. Si lo haces, seguirás creando desgracia tras desgracia, y encima las heredarás a los demás. Si tus decisiones están basadas en el polo oscuro, no estás teniendo en cuenta la Ley del Siguiente.

Las leyes humanas están basadas en la inoculación de los miedos que se le ha hecho a todos los que hemos llegado a este plano físico a jugar el juego de la ilusión de la inconsciencia. Así pues, entra en las verdaderas leyes universales, que son las que te harán absolutamente libre.

Basa tus decisiones solo en ti

Mira siempre por ti, pero siempre respeta las leyes universales, y de manera muy especial la Ley del Siguiente. Su cumplimiento te hace ser equilibrado y te permite tomar decisiones desde el punto de vista de la luz y del respeto al libre albedrío de los demás, saliendo de la manipulación y el deseo de control.

Cada vez que consigas ver las consecuencias de tus decisiones y sus efectos en los que vienen detrás de ti, te será fácil tomar la elección correcta. Así, las consecuencias que se plantarán delante de ti no te atormentarán. Serán manifestaciones de luz para ti y para quienes te rodean.

Y en ese momento, podrás ser tú mismo a pesar de todo.

 


Si te gustó este artículo y quieres profundizar más en este tema, te recomiendo que leas el artículo anterior: El miedo a ser como otros impide tu realizacion 

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