Cómo crear nuevas estructuras mentales

Esta clase le vendrá muy bien a quienes tienen una especial inquietud por ayudar a otros y cambiar sus vidas. Al estar ya empoderado, muchas veces podrías preguntarte: «¿Cómo puedo ayudar a los demás para que cambien todas las estructuras mentales rígidas que aún poseen?».

En realidad, el motor del cambio es muy simple. Consiste en modificar tu foco de consciencia, apartándote de la observación de tus limitaciones. Esto se hace paso a paso, sin prisa pero pausa, y siempre caminando sobre bases firmes. Cuando ayudas a otros, tus estructuras mentales también cambian.

No etiquetes a las personas

Muchas veces, antes de realizar algo por otra persona, empiezas a ponerle etiquetas según las apariencias, y entonces dices: «Éste es antipático, ésta es mala, éste otro no me gusta, aquélla no me vibra, aquel es un soberbio, y la de más allá me pone nervioso». Incluso hay seres que viven juntos y no se dirigen la palabra.

Todos hemos discutido alguna vez con suegras, suegros, nueras, yernos, cuñadas, cuñados, hijos, maridos, esposas... Todos tenemos alguien a quien hemos etiquetado y del que no queremos saber nada. Y aún así, cuando tengas que dar, da lo mejor de ti sin ver quien lo recibe ni por qué.

Todos tenemos a alguien a quien podemos darle lo mejor de nosotros. En cada situación y a lo largo de todo tu día a día puedes dar sin decir: «A éste no le doy. Este otro no me importa. ¿Y a ésta por qué le voy a dar?». O tal vez te has cansado de dar sin que siquiera te lo agradezcan. ¿Y sabes algo? Todas esas son etiquetas.

No permitas que el miedo dirijan tu vida

A partir de hoy, en la primera situación en la que puedas dar algo de ti que se te presente, brinda lo mejor sin calificar a quién se lo das ni por qué. Lo primero que vas a ganar con esto es que aprenderás a no caer en pensamientos negativos y a no poner etiquetas a nada ni a nadie.

Ya no permitas que sean tus miedos los que dirijan tu vida. Ellos son los que ponen etiquetas, critican y juzgan. No eres tú. Tú eres un ser de amor, y esta condición puedes comprobarla observando a los niños. Ellos son siempre dadivosos. Cuando un niño te quiere dar algo, encuentra mil formas para hacerlo.

Sale corriendo al jardín y te regala una flor. Es un acto de amor que realiza sin considerar quién eres. Imítalo; da sin medir, sin dar excusas y sin preguntar porqué debes dar. No pienses, no juzgues y no critiques. Así le ganas la batalla a los miedos, que intentan dirigir todos los actos.

Al eliminar los miedos cambias estructuras mentales

Este proceso es más eficaz cuando das algo a alguien que no pensaba recibir cosa alguna de ti. Lo más probable es que esa persona también te había etiquetado, juzgándote como antipática, soberbio u orgullosa. Por eso la sorprendes al darle algo que no esperaba.

Al dar sin medir, sin etiquetar y sin esperar nada a cambio sorprendes al otro, y esa sorpresa hace que cambie sus estructuras mentales. Nadie queda ajeno al amor y a la gratitud que son la base de tu intención. Las estructuras mentales rígidas que había entre tú y el otro ser se caen inmediatamente.

Esto es un gran cambio que puedes lograr. Estoy segura que lo has hecho en varias ocasiones, a veces hasta de manera egoísta para conseguir algo. Si buscas a cierta persona de la que esperas algo y hablas con ella con buenas intenciones, generalmente la estructura mental de ese ser con respecto a ti cambia.

Y con ella cambian las actitudes, porque cuando te abres a nuevas experiencias, éstas empiezan a venir a ti. A mi me ha pasado muchas veces. Cuando era niña sufría de una timidez tan extrema que pasaba por antipática. ¿Y piensas ahora que soy antipática? Nunca lo fui, pero era tan retraída que no hablaba con los demás.

Si quería acercarme a alguien debía romper la apariencia que mi timidez imponía. Cuando lo lograba, me decían: «¡Ay, qué simpática eres! Nunca pensé que lo fueras».

Aprende a soltar

¿Qué pasa cuando rompes una estructura mental?

Lo primero que ocurre es que empiezan a llegar a ti nuevas amistades, se dan cambios en tus relaciones y hasta se suscitan ciertos ajustes de cuentas. No obstante, esto solo se detona si derrumbas esas estructuras rígidas mediante el placer de dar sin juzgar, en el momento oportuno y sin buscar algo a cambio,

El momento oportuno es cuando se dan las circunstancias propicias. Cuando no pones etiquetas y no dices: «A este sí le doy y a este otro no». Si logras abrirte y dar sin medir, realizas un acto que te conecta con el amor universal y no con el amor humano que siempre piensa en dar para recibir.

Hay que salir de esas estructuras y dar por el placer de dar. Con ese acto haces caer las estructuras mentales de los seres atrapados en las apariencias. Piensa en el sencillo ejemplo de mi experiencia personal. Pasar por antipática en todos lados te aleja del amor. No permite la interacción entre tú y los demás.

Sin embargo, es fácil cambiar las estructuras mentales de las personas. Olvídate de la opinión que crees que los demás tienen de ti. Que no te importe lo que ellos piensan. Acércate y da sin esperar y sin medir. Un sinfín de nuevas oportunidades nacen desde el amor, la gratitud y el acercamiento entre los seres humanos.

Derriba toda estructura limitante y abre nuevas circunstancias, independientemente de los resultados de tu acción. Si etiquetas de vuelta al otro, te pierdes de mucho.

El cambio de estructuras genera nuevas redes neuronales

Al derrumbar viejas estructuras mentales puedes generar nuevas redes neuronales en ti mismo y en las demás personas. Esas nuevas redes me permitieron vencer mi timidez y al mismo tiempo dejar de ver a los otros como antipáticos, soberbios u orgullosos por mantener una distancia conmigo.

Esto es así porque las etiquetas eran mutuas. Si tienes una discusión con alguien de tu entorno, seguramente está basada en las apariencias. Si das en un acto de amor rompes la inflexibilidad en esa persona que se alejó de ti. Puedes lograr un gran cambio en ti y en la relación con el otro, lo sigas frecuentando o no.

Al caer esa estructura mental, la energía que los distanciaba se disipa por completo. Haces que el cerebro empiece a organizar nuevas redes neuronales capaces de cerrar totalmente esa distancia. Incluso pueden cerrarse enojos, malentendidos y otras vivencias adversas.

La rigidez en los actos de las personas hace que las redes neuronales siempre funcionen del mismo modo. Sin embargo, al cambiar la vieja estructura, la persona expande y reorganiza sus redes neuronales. Puedes crear en dicha persona un verdadero shock que altera la relación entre ella y tú.

Genera amor y las redes se expandirán

A mi me ha pasado el conocer a alguien, haber compartido un solo momento y salir de su vida, y después ver cómo he logrado cambios en esas personas con respecto a sí mismas. He logrado sacarlos de sus pensamientos rígidos y emociones estructuradas en el momento en que he pasado por ahí.

Se generaron nuevas redes neuronales que le dan a la vida de ese ser un sentido nuevo. Estas redes empiezan a funcionar y a darle ideas nuevas, y esto lo lleva a tomar decisiones y emprender acciones nuevas. Recordar esto es muy importante si deseas lograr cambios en las personas, tanto conocidas como desconocidas.

Así pues, genera amor y gratitud, y generarás cambios en los demás. Es fantástico pasar por la vida de las personas e irlas cambiando sin la intención expresa de hacerlo. Esto último es fundamental, porque no puedes ir por la vida intentando cambiar a todo el mundo, ni siquiera por intentar salvarte y ganar el cielo.

Eso es cumplir con estructuras religiosas. No es dar sin medir, porque primero consideras las ganancias que vas a obtener en el cielo. Dar sin medir es fluir con la vida, y que cada vez que tengas la oportunidad de dar a alguien, lo hagas sin ver lo que podrías obtener a cambio.

Es mucho más potente hacer caer estructuras que provocan distanciamiento, odio y resentimiento en las relaciones a través de un acto de amor que dar cosas materiales.

Estas nuevas redes neuronales cambian tu vida por completo

La gratitud que vas a generar en el otro derriba esas estructuras mentales y hace que todo cobre un nuevo sentido. Cuando yo era extremadamente tímida, todo estaba mal en el exterior. Percibía que las personas eran antipáticas y odiosas. Nadie quería jugar conmigo y yo pensaba que todos me rechazaban.

Pero la causa real era mi extrema timidez, que me hacía levantar un muro ante toda posible relación. ¿Qué pasaba entonces? Que etiquetaba la apariencia de los demás al pensar: «Éste es odioso, éste me cae mal, ésta es soberbia», y entonces creía que todos me odiaban.

Sin embargo, cuando di el primer paso y empecé a acercarme a quienes pensaba me odiaban, hacía que ellos cambiaran la visión que tenían de mí. Empecé a tener un nuevo círculo de amigos. Empecé a crear relaciones que me llevaron incluso a conocer nuevos lugares y nuevas ideas, a emprender nuevos proyectos y a cambiar metas.

Normalmente el amor y la entrega sin medida generan la gratitud, y ésta hace que el otro te dé algo, ya sea una sonrisa, una palabra, una acción o una idea. Las situaciones en las que das sin medir y sin esperar algo a cambio te hacen conocer a muchas otras personas dadivosas.

El camino hacia tu despertar

Nuevas redes, nuevos saberes

Puedes crear un nuevo círculo en el cual tus dones se empiecen a desarrollar y salgas de muchas limitaciones. Puedes crear nuevas redes neuronales en base a la información y el conocimiento que los otros te comparten. No te sorprendas si estos nuevos amigos están mucho más acordes a tus emociones, sentimientos y dones.

Entonces podrás expandirte. Las nuevas redes neuronales te sacan del estado en el que estabas para hacer de ti un ser mucho más abierto y con nuevos conocimientos. El dar sin recibir y sin esperar inicia un proceso muy bello. No haces más que crecer en el amor universal y en la gratitud.

Nada malo puede venir a ti si estás expandiéndote en esa dirección. Lo único que tienes que hacer es dejar de etiquetar, de dirigirte por las apariencias y de pensar que no le darás algo a quien te odia. Rompe las apariencias y te sorprenderás al igual que yo me sorprendí.

Al dar sin pensar transformas todo a tu paso

He tenido grandes amigas y amigos de personas que en su momento consideré antipáticas, odiosas, soberbias y orgullosas. He cosechado buenas amistades gracias a dar en el momento indicado, sin que nadie me lo pidiera y sin forzarlo. Es muy hermoso porque es práctico y es fácil. Puedes hacerlo cada día de tu vida.

Te puedes sorprender cada día de tu vida. Sin querer y sin pensar te vas a convertir en un ser que todo lo transforma a su paso. Mientras más rígido seas más esfuerzo deberás dedicar a este proceso. Hay algunos que tienen etiquetas mentales muy grandes, o se sienten víctimas y creen que todo el mundo habla mal de ellos.

Hay otras personas que se sienten traicionadas, y algunas más son muy desconfiadas. Hay también personas que tienen muchos resentimientos. Para todas ellas el abrirse es un poco difícil, pero si realizan el esfuerzo y me lo van a agradecer. Al final es fácil salir de esas estructuras mentales rígidas y generar cambios en ti y en otros.

Sin querer y sin pensar, puedes ir por la vida creando nuevas estructuras mentales y desplegando nuevas redes neuronales. Es fácil, pero debes vencer los miedos, porque es el miedo el que te hace desconfiado. El miedo te hace sentirte traicionado y víctima; te hace tímido y resentido.

Si logras vivir sin criticar, sin juzgar y sin generar pensamientos negativos, evitarás que tus miedos sean quienes dirijan tus acciones y abrirás un nuevo mundo.

Tendrás nuevos retos y te fijarás nuevas metas

Esos cambios que vas a lograr en ti y en otros van a redundar en tu experiencia. Antes, tu mirada carente, basada pensamientos y emociones negativas, te sostenía en tus limitaciones. Al dejar atrás las etiquetas, encontrarás nuevos amigos y nuevos retos. Si te insisto tanto en este punto es porque conozco muy bien la dinámica universal.

El enfocarte en emociones y pensamientos negativos hacia ti o hacia otros hace que esa experiencia desfavorable que estás observando la vivas una y otra vez. No podrás salir de tus limitaciones si te empeñas en observar dentro del campo de las infinitas posibilidades aquellas cosas que no quieres que sucedan.

No olvides que todo lo que estás pensando se manifiesta en tu vida. Por esto resulta esencial adoptar una nueva actitud que genere en ti y en los demás nuevas redes neuronales que van a abrirse. Imagínate una nueva red que reemplaza a la que ya estaba caduca y rígida, y que por ello te traía limitaciones.

Al abrirse esa red empiezan a manifestarse nuevos retos, nuevas amistades y nuevas circunstancias en todos los aspectos de tu vida. Puedes salir así del resentimiento, las etiquetas, el victimismo, la desconfianza y el sentirte traicionado. Recuerda que si desconfías de algo, eso es una observación.

La mejor forma de protegerte es confiar ciegamente en todos los seres que están en tu vida. Si creas motivos de desconfianza, éstos llegarán hasta ti.

Experimentarás una gran apertura al mundo y a las personas

Aprende a abrirte al mundo. No hay energía más expansiva que la que se irradia cuando estás abierto. Esto es todo lo contrario a lo que muchas personas viven, que es estar completamente cerrados, tal y como yo lo era. Estaba encerrada en mi mundo. Si deseas lograr un cambio en ti y en el otro, no juzgues las apariencias propias o ajenas.

Cuando vives sin juzgar las apariencias, todas las cosas que deseas vienen a tu vida de forma fácil. Nada te perturba, porque el único que perturbaba todos los acontecimientos de tu vida eras tú. Lo hacías cada vez que juzgabas las situaciones o etiquetabas a alguien.

En cambio, esta nueva apertura te conduce hacia nuevos aprendizajes. ¿No te has cansado de que se repita una y otra vez lo mismo en tu vida? Si a lo largo de tu existencia se ha repetido una situación determinada, seguramente has repetido los mismos pensamientos negativos, etiquetas y falta de amor hacia el otro.

Ilumina la oscuridad

No fuerces nada

Por otro lado, algo que yo aconsejo es que ninguna acción que emprendas en cuanto a dar lo mejor de ti debe ser forzada. No busques dar para salvarte, como enseña la religión. No pienses: «Cuanta más gente rescate, más premios tendré en el cielo». Eso es dar de manera forzada.

Otra cosa muy distinta es que ese dar sea de verdad un acto de amor sin medir la necesidad de las personas. Si te centras en la necesidad irradiarás una energía de carencia y no de amor. Ojo con los actos voluntarios en los cuales observas la carencia del otro.

Esa observación de la carencia se va a reproducir en ti. Observar la carencia de otros significa ver la enfermedad, la pobreza y la necesidad de cualquier tipo. Es diferente a realizar un acto en el cual fluyas y desees dar desde el amor universal, sin medir a quién y sin saber por qué.

Probablemente te es más fácil ir a buscar enfermos o desposeídos que acercarte a tu suegra con la que estás distanciada y darle algo sin esperar recompensa. Ahí puedes darte cuenta si estás dando de manera forzada. Esas acciones también crean redes neuronales, pero éstas te traen carencia.

Rescátate

Procura que tus acciones sean producto del amor universal. Examina cuidadosamente si tus actos caritativos no enmascaran algo más. Pon atención a esto si deseas que las cosas empiecen a fluir de manera favorable. No busques rescatar al necesitado, porque el más urgido de rescate eres tú mismo.

Emprende estas acciones y te vas a sorprender ante todos los cambios que generarás en tu vida. Entrarás en el amor universal y la gratitud que te llevarán a manifestar a ese gran Dios vivo que en realidad eres. Ese Dios vivo siempre habita en ti, pero no se manifestará en tanto mantengas prejuicios.

El Dios vivo que habita en ti se manifestará cuando logres abrirte al cambio que te propongo y que poco a poco hará que te conviertas en lo que tanto deseas ser.

 


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