Al escuchar una de mis clases o leer uno de mis artículos, muchas personas me dicen: «Rosanna, tus palabras fueron dirigidas justo a mí». Este es el caso de lo que te compartiré ahora, porque toca una cuestión muy humana y te advierte de una trampa en la que caemos muchas veces
Somos muy amorosos, pero lo que el común de las personas entiende como amor es muy distinto al amor universal. Somos seres luminosos que ocupamos un cuerpo humano velado, pero la esencia del amor habita siempre en nosotros. No se nos puede arrebatar.
Distingue entre amor y pasión
Nuestra esencia amorosa siempre está con nosotros, y precisamente por esto al establecer relaciones muchas veces caemos en una trampa: No sabemos diferenciar entre el amor y la pasión. Y la pasión siempre se termina convirtiendo en obsesión. Entonces, una relación hermosa de pronto se transforma en un calvario.
Vamos a examinar si lo que experimentas dentro de tu relación actual es amor o pasión. En primer lugar, debemos distinguir entre esos dos tipos de relaciones. La mayoría de las personas no sabe en qué situación está. Para dilucidarlo, debes remontarte hasta el inicio mismo de tu relación.
Esto resulta especialmente pertinente si tu relación empezó de forma muy apasionada; si sentías haber encontrado al gran amor de tu vida. Si has creído que te resultaría imposible separarte de esa persona, la cual ha llegado a ti para quedarse por siempre y para siempre.
Y así, muchas veces te vuelcas al cien por ciento hacia el otro, y aunque ves en él o ella cosas que tendrían que cambiar, el enamoramiento te hace desviar la mirada. Ciertamente has visto defectos y barreras, pero piensas que el amor que sienten uno por el otro lo puede salvar todo.
La pasión ahoga toda duda. Tienes la absoluta y plena seguridad de que ese amor que te desborda lo puede cambiar todo.
La pasión deriva en obsesión
Todos, en algún punto, hemos caído en eso. Confías en ese amor tan apasionado, y a medida que va pasando el tiempo, te das cuenta que eso que sientes por esa persona no alcanza para cambiarla. El tiempo muestra el verdadero ser de todos, y entonces, tu pasión desenfrenada transforma esa seguridad que tenías.
En ese momento, el amor tan sublime que tenías y que te hacía aceptarlo todo se convierte en obsesión. Ahora quieres tomar el control de la relación. Esos temas que creías iban a cambiar, ahora te empiezan a molestar mucho. Afloran en ti los miedos al rechazo y a perder al otro.
Sientes que el castillo de arena que construiste puede derrumbarse en cualquier momento. Llegas al punto en el que tu obsesión te convierte en un ser insoportable tanto para tu pareja como para la gente que está a tu alrededor, quienes te ven cambiada o cambiado.
Y empiezan a odiar a tu compañero o compañera de vida, porque el otro se ha convertido en el villano de tu historia. Ese afán de control te vuelve un ser muy distinto al que eras. Ahora te encierras en ti, y tu autoestima baja por completo. El amor tan grande que tenías ahora te está lastimando mucho.
Primera paradoja terrible
Lo más paradójico de todo es que creías que tu amor iba a cambiar a la otra persona, pero en realidad solo te ha cambiado a ti. Y la otra persona está muy enojada, porque antes la aceptabas tal cual era sin querer cambiarla. A sus ojos te has convertido en un ser insoportable, por lo que trata de alejarse de ti.
Y cuanto más se aleja, más obsesiva u obsesivo te vuelves, y así te conviertes en alguien cada vez más insoportable. Al llegar a este punto, tu frecuencia vibracional se ha desplomado. Has pasado de vivir en el paraíso a sufrir un tormento infernal. Puedes perderlo todo por una relación en la que ibas a cambiar al otro por amor.
Tus hijos ya no quieren estar contigo, tu trabajo y salud van de mal en peor, y las cuentas sin pagar se acumulan. Mira todo lo que ocurre cuando das entrada a la pasión, y de la pasión pasas a la obsesión. El miedo a perder al otro te hace perderlo no solamente a él o a ella, sino a todo lo que tienes en tu vida.
Segunda paradoja terrible
El miedo al rechazo hace que todos los seres que están a tu alrededor manifiesten rechazo hacia ti, empezando por el amor de tu vida, que encuentra la situación insoportable. El otro también tiene el recuerdo de esa gran pasión, y puede seguir manteniendo un lazo muy fuerte contigo, pero aun así desea alejarse.
Entonces, ambos entran en una lucha que los lastima y afecta a todos quienes los rodean, porque los irradian con frecuencias vibracionales de odio, tristeza y deseos de venganza. Tu relación empezó en las nubes y ahora no sabes cómo vengarte de él o de ella.
Tu mente está todo el día dándole vueltas a eso. Estás destruyendo tu vida, porque la frecuencia vibracional en la cual estás inmerso es extremadamente baja, y eso es lo que se te va a manifestar. Es lo único en que ocupas tu energía, tu tiempo y tus pensamientos, y estás creando con ello realidades muy adversas.
Observa tu vida, y si esto te ocurre, cambia ahora mismo, porque esa realidad ya viene en camino. Si has pasado del amor a la obsesión, eso no era amor; era pasión. Considera atentamente si tu vida ya no es tuya por completo y si toda tu energía está volcada en la otra persona.
Las personas solo cambian por amor a sí mismas
Cuando una persona desea el cambio en su vida es porque ha tocado fondo. Ha dicho: «No puedo más con esto; no puedo seguir destruyéndome». Es hasta ese momento cuando empieza el cambio en él. ¿Qué lo detona? El amor a sí mismo, y eso es algo que debes aprender y tener en cuenta.
Si deseas encontrar el amor verdadero, tienes que recordar que ese amor no está en el otro, sino en ti. Así pues, las personas a las que tanto quieres cambiar no lo harán por amor a ti, sino a sí mismas, y lo harán cuando ellos así lo decidan, o cuando lleguen al punto en el cual no puedan más.
Vivir enfocado en el otro es vivir obsesionado. Constituye una completa falta de amor a ti mismo, y por ello debes trabajar en tu autoestima y autovaloración. No olvides que todo lo que haces impulsado por tu obsesión hacia el otro te desvaloriza, te quita autoestima y te destruye, junto con todos a tu alrededor.
Entonces, una vez que has descubierto si tu relación es de amor o pasión, emprende el cambio. Hoy es el día; no tienes que esperar que ocurra algo especial, y no importa si la persona en la que has volcado toda tu obsesión permanece a tu lado o se ha alejado de ti.
La solución está en trabajar en ti mismo
Trabaja en sentirte merecedora o merecedor de todo lo que llegue a tu vida. Nadie va a cambiar por ti; quien debe que cambiar eres tú. Trabaja en transformar los miedos al rechazo, a no tener valía y a no ser merecedor. Debes trabajar también en el miedo al pasado, porque puedes estar repitiendo patrones nocivos.
¿Quieres un cambio real? Empieza entonces por ti. ¿Cómo? Ocupándote de ti, desarrollando el amor a ti mismo y visualizando todo lo que deseas para tu propia vida. Deja de volcar todos tus pensamientos en controlar y manipular al otro. Simplemente observa cuántos pensamientos gastas al día pensando en ese otro.
Y ahora observa cuántos de tus pensamientos están ocupados en construirte a ti misma o a ti mismo, en valorarte y en sentirte merecedora o merecedor. Mira cuántas actividades has dejado de hacer por el otro, y en qué condiciones se encuentra tu cuerpo físico.
Debes abandonar cuanto antes todos los patrones de conducta en los que te has vuelto controlador.
La primera enseñanza que debes recordar
¿Cuántas horas ocupas en estar pendiente del otro para controlarlo? Todo ese tiempo que has invertido en intentar cambiar al otro puedes volcarlo en ti. Cuando lo hagas, descubrirás que eso que sentías por la persona que estaba a tu lado y por la cual morías de amor no era más que obsesión.
Acepta que nadie va a cambiar por ti. Esa es la primera enseñanza que debes recordar. Trabaja en mejorar tu propia valía y te será fácil remontar tus pérdidas, así como restaurar tus demás relaciones. Llegará el momento en el que querrás tener a tu lado a una persona con tus mismos hábitos y tus mismos deseos.
Para construir una relación de amor, primero debes trabajar en el amor a ti mismo y en el deseo de que el ser que esté a tu lado sea como tú. En ese caso, ambos estarán en equilibrio. Alcanzarán una situación de igualdad, y no esa disparidad que existe cuando lo aceptas todo amorosamente y llena o lleno de pasión.
Acepta al otro tal cual es
Si en verdad deseas una relación de amor, debes aceptar al otro tal cual es, sin intentar cambiarlo. Tendrás que enamorarte de sus defectos y virtudes. Todo lo que ves en el otro te debe encantar, porque sabes que tiene tus mismos deseos y tus mismas metas. Allí no existe el control, la manipulación o la obsesión.
Cuando la otra persona tiene deseos distintos a los tuyos, llegará un punto en el que ese ser amoroso que eras se convierte en una criatura obsesiva u obsesivo. Te vas a desfigurar. Por esto es fundamental trabajar en ti si desas tener una relación de auténtico afecto, armónica y pacífica. No tienes que cambiar al otro.
No tienes que esperar a que ese otro cambie, y eso es fantástico, porque podrías pasar toda tu vida esperando que eso ocurra, y llenarte de frustración al cabo de años y años de espera. En cambio, si ya has tocado fondo vas a querer cambiar, por amor a ti y porque ya no puedes tolerar más pérdidas en tu vida.
A veces, hasta que tus hijos no se dan la media vuelta y se van, no te das cuenta de que lo estás perdiendo todo. Y a veces, el que tus hijos se vayan de tu lado porque están cansados de verte volcada o volcado al cien por ciento en una persona que te está lastimando es el mejor remedio que puedes tener.
Reconstruye tu valía
En ocasiones es necesario reconstruirte y volver a ser quien eras antes de entrar en esa locura a la que llamabas amor, y que no era más que un cúmulo de miedos transformados en obsesión. Muchas veces, la emoción que sostiene una relación tóxica es la venganza.
Al estar llenos de ese sentimientos, tu pareja y tú construyen lazos energéticos que forman ataduras. Tal es la condición de millones de seres humanos, por lo que reconocer que estás en una situación similar constituye un paso esencial. Trabajar el amor a ti mismo es el siguiente. Así pues, reconstruye tu valía y tu merecimiento.
Cuando inicies ese proceso, te darás cuenta de que, efectivamente, debes cambiar a ese ser al que tú dices amar tanto…¡Pero cambiarlo por otro! Por alguien que comparta tus deseos y que se ame a sí mismo como tú te amas. Cuando alguien se ama a sí mismo, se cuida, se valora, y el amor está en ella o él.
Ni sumisión incondicional ni rechazo irracional
Trabaja también en transformar los miedos al cambio, a mejorar y al pasado, porque hay muchos patrones que has repetido desde una edad muy temprana, y que se manifiestan impulsados por tus propios padres. Tanto la sumisión a dichos patrones como el rechazo irracional a la familia son síntomas del miedo al pasado.
Muchas veces, cuando en vez de seguir la misma conducta de tus padres intentas hacer todo lo contrario y sostener exactamente lo opuesto, no lo estás haciendo por amor a ti mismo, sino como respuesta al miedo a repetir los mismos patrones. Adoptas actitudes tóxicas a fin de no incurrir en los mismos errores de tus padres.
Evita caer en cualquiera de esas dos circunstancias; ni repitas el mismo patrón desfavorable ni asumas una posición diametralmente opuesta por rechazo. Siéntete orgullosa o orgulloso de ti mismo y sigue los deseos de tu propio corazón. Déjalos manifestarse en tu vida, y eso será lo que el otro verá en ti y considerará atractivo.
El espejo de tu verdadero ser
Si quieres que los demás te valoren, primero valórate tú. Y para eso vas a tener que hacer cosas de las que estés orgulloso u orgullosa. En cambio, si te sientes inútil, débil y poco merecedora o merecedor, quienes lleguen a ti tendrán esos mismos sentimientos.
Necesitas que llegue a ti alguien que esté orgulloso de sí mismo, con una autoestima alta y que irradie amor a partir del amor por sí mismo. Así, el amor y no el miedo será la fuerza que los atraiga y los una. Si el ser que está a tu lado también se ama, no tendrás que cambiarle nada, porque todo lo que verás en él te gustará.
Y así, las muy naturales diferencias de carácter y personalidad que tenga contigo te potencian en vez de dañarte. Cuando eleves tu frecuencia vibracional, el ser a tu lado estará en igualdad contigo, sintonizando su propia frecuencia a la tuya en perfecta semejanza.
Si tu auto valoración es alta, no habrá ya en ti necesidad alguna de control, y mucho menos de manipulación.
Trabaja en elevar tu frecuencia vibracional
El propósito de trabajar en ti es mantenerte siempre en frecuencias altas. Cuando lo consigas, surgirá la magia: Esa persona que está junto a ti y que en este momento te está haciendo sufrir muchísimo adoptará una de dos posturas. La primera es que, al verte tan cambiado o cambiada, se va a asustar.
Al ver que estás cambiando tu cuerpo físico porque te estás ocupando de ti, y al ver que estás recuperando el camino perdido junto con tu valía y tu autoestima, va a decir: «¡Upa! ¿Qué está pasando aquí?». Verá el amor que ahora tienes por ti, y ese amor va a detonar en ella o él el amor a sí mismo.
Y si desea permanecer contigo, en ese momento iniciará su propio cambio. La segunda alternativa es que te va a perder. Esa es la manera de salir de una relación tóxica, en la cual podías ver los defectos y limitaciones del otro desde el comienzo, pero que creías poder cambiar gracias a la fuerza de tu amor.
Respeta al otro
El otro es un ser de libre albedrío y decide por sí mismo lo que quiere hacer con su vida. El cambio no está en él, sino en ti. En cómo te amas a ti misma o a ti mismo. En cómo puedes sentir que mereces una relación de amor, respeto, dignidad y valoración.
Así pues, quien esté contigo deberá cambiar, o de lo contrario te va a perder. La ruta de salida es elevar tu frecuencia vibracional trabajando en los miedos y en el amor a ti misma o a ti mismo. Nunca olvides que el único cambio que importa es el que se efectúa en uno mismo. Regresa al punto cero del enamoramiento.
Regresa al momento en que te sentías bien contigo mismo o misma, cuando sentías que valías y que eras bellísimo o bellísima. Recuerda que la persona a tu lado tiene dos caminos: O cambia por amor a sí mismo, o te va a perder. Si este es el caso, no te aflijas, porque quien vendrá después a ti estará en igualdad contigo.
¿Tu relación es de amor o pasión?
Ahora ya sabes lo que hay: Amor o pasión. Ya puedes evaluar tu relación y saber que si es de pasión, caerás en la obsesión. Si aun no te queda muy claro, considera lo que actualmente vives. ¿Cómo estás físicamente? Cómo está tu trabajo? ¿Cómo están tus demás relaciones? ¿Estás a punto de perderlo todo?
Si no tienes una relación de amor, deberás trabajar en ti mismo. En que el ser que está contigo te acepte tal cual eres, con tus defectos y virtudes. Recuerda que debes tener exactamente esa misma aceptación hacia él o ella. No dependes de nada ni de nadie. No dependes de que el otro cambie. Debes cambiar tú.
Si cambias, todo a tu alrededor cambiará, porque ante la posibilidad de perderte, los seres que están junto a ti se darán cuenta que han tocado fondo, y eso es lo único que los impulsará a cambiar. Asimismo, recuerda que hay relaciones que deben terminar, porque lo único que las sostiene es una obsesión que siempre daña.
De hecho, muchas enfermedades calificadas como incurables provienen de este tipo de obsesiones. En cambio, si te amas tal cual eres, el amor que vendrá a ti será tu semejante, por efecto de la Ley de Atracción. El ser que estará frente a ti y que por amor a sí mismo va a llegar a ti, te verá y amará tal cual eres.
Tener una relación de amor depende solo de ti
Esta es la mejor noticia de todas. Puedes dejar de sufrir si así lo decides. Superar el miedo a perder una relación depende de ti. No dependes de nada ni de nadie para hacerlo. Sobre todo, no depende de que el otro cambie, sino de tu propio cambio. Este es un hermoso regalo del Universo que yo te comparto ahora.
Si en este momento estás sufriendo a causa de una relación tóxica, o porque no has logrado establecer relaciones sanas, o porque sientes que nadie te valora y que no mereces encontrar a alguien que te ame, te doy un maravilloso mensaje:
Eres libre, y a partir de hoy, encontrar el amor verdadero depende solo de ti.
Si te gustó este artículo y quieres profundizar más en este tema, te recomiendo que leas el artículo anterior: Estar muy cerca de tu realización hace que se detonen miedos en ti
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